miércoles, 15 de octubre de 2014

Capítulo 6: Deseo.

-Bueno, bebé-empezó ha hablar con una voz de pito inaguantable la rubia- me tengo que ir ya.

Rubén levantó la mirada del suelo por primera vez y asintió con la cabeza. La rubia se levantó y camino moviendo el trasero hasta la puerta. Llevaba la camiseta del revés. Me ahogue una fuerte carcajada y seguí enredando con mi móvil. Escuché unos besos venir desde la puerta de entrada. Señor. Que asco me dan. Suspiré profundamente y escuché un fuerte sonido de puerta cerrarse acompañado de unos pasos dirigirse hacia el salón.

-Siento que te la hayas tenido que encontrar-dijo Rubén sentándose a mi lado-
-Tío, me la suda-dije sincera- mientras no se metan tus putas en mi habitación, por mi, como si haces una orgía con trapecistas de circo.
-Vale-dijo sin más- ¿has encontrado trabajo?-dijo en un intento de cambiar de tema-
-Sí-miré su cara mientras hablaba- en una panadería.
-Genial-suspiró- esta tarde viene mi mejor amigo Mangel a pasar unos días.
-Vale-dije seca-¿y dónde piensa dormir?
-Tranquila, a la señorita nadie la moverá de su habitación-dijo acompañando la frase con una fuerte carcajada-
-Vale.

Sin más, me levanté y me fui a mi habitación, me puse mi nuevo pijama, siendo consciente de que el amigo de Rubén vendría, pero me la suda, estoy en mi casa. Me tumbé en la cama con los cascos y You & I a tope.
Y sin más, me quedé dormida.

Desperté por unas fuertes risas provenientes del salón. Miré la hora, las siete de la tarde. Anda que el subnormal me despierta para comer. Entre resoplidos me levanté y me dirigí al salón.
Y allí me encontré con Rubén y un muchacho jugando a la play, el muchacho llevaba gafas y era castaño, llevaba una barba da un par de días y era algo más bajo que Rubén.

-Hola, ____(tn)-habló Rubén- este es Mangel.
-Hola, _____(tn)-habló Mangel levantándose con una sonrisa a darme dos besos-
-Hola-dije intentando parecer educada-

Me propinó dos fuertes besos en cada mejilla haciendo que estas quedarán adoloridas.
Sin decir más, me dirigí a la cocina a por algo de comer.

--Fin de tu narración--

--Narra Rubén--

-Joder-habló Mangel mirando como ___(tn) desaparecía por el pasillo- que buena está.
-Mangel, tío-dije en forma de regañina- que es mi hermana.
-Hermanastra-corrigió- ¿crees que tengo posibilidades con ella?-dijo volviéndose a sentar a mi lado-
-No creo-dije en una carcajada- tiene muy mala hostia.
-Eso se arregla con un buen polvo-dijo con una media sonrisa dibujada en la cara-

lunes, 16 de junio de 2014

Capítulo 5: New work, new blonde.



Caminaba por la Gran Vía en busca de algún cartel pegado en alguna tienda ofreciendo trabajo. Divisé un cartel en una panadería, pequeña y acogedora. Me adentré en el local en busca de algún empleado, al entrar un delicioso olor se coló por mi fosas nasales dejándome embriagar por el delicioso olor a pan. Seguí caminando hasta el mostrador e hice sonar una pequeña campanita que tenían allí. A los segundos de hacerla sonar, una anciana baja, de pelo canoso y con unas pequeñas gafas, salió de lo que debía ser el almacén o la cocina. 

-¿Qué desea, señorita?-preguntó educadamente la anciana con una sonrisa- 
-He entrado por la oferta que tienen en la puerta-respondí señalando con mi dedo indice hacia la puerta- me interesaría trabajar aquí. 
-Está bien-dijo la anciana sin más-contratada-dijo con una sonrisa. ¿Qué? así, ¿sin más? esto es un sueño-
-¿No requiere del curriculum?-pregunté extrañada, esto era realmente extraño- 
-Para nada, no necesito que sepas ingeniería aerodinámica para amasar pan-dijo acompañada de una carcajada- 
-De acuerdo-dije en un susurro- tengo una pregunta para usted-dije mirando a sus ojos marrón miel- 
-Dime.
-¿Cuánto cobraré al mes?
-Mil euros, como mínimo-dijo con una sonrisa. ¿¡PERO QUE COJONES!? Una panadería de barrio hacia tanto dinero como para pagar esa cantidad a una empleada. Es imposible. Seguro que trafican con putas.- 
-¿Me debo quitar los piercings?-pregunté con temor. No quería quitármelos, ya eran parte de mi- 
-Tranquila, no hace falta-dijo despreocupada- mañana empiezas, ven a las diez y media de la mañana. 
-De acuerdo-dije seria- hasta mañana, señora...-alargué la palabra esperando a que ella me dijera su apellido- 
-Señora Sánchez-dijo con una sonrisa- dime tu nombre al menos, querida. 
-____(tn)-dije con una media sonrisa- ___(tn) Rohde. 

Y sin dejar que respondiera, salí de la tienda con una pequeña sonrisa. Era genial. Ya tenía trabajo, estaba lista para empezar mi nueva vida. De camino hacia casa vi una tienda de ropa interior y pijamas. Justo lo que me hacia falta. Entré con una sonrisa, observando la ropa colgada de las perchas y las dependientas doblando las prendas. 
Encontré varias prendas de ropa interior bastante sexys y varios pijamas de verano. 



Me dirigí a la caja y pagué en efectivo, con el dinero de mis ahorros. salí de la tienda con dos bolsas y recordando el camino, volví a casa. Llamé al telefonillo y esperé. Tardaba bastante en abrir, el retrasado ya está grabando vídeos. Volví a llamar, esta vez dejé el dedo pegado en el botón durante unos segundos, nada. Enfurruñada, cogí el teléfono móvil y marqué su número. Un tono, dos tonos, tres tonos, al cuarto escucho un ''¿sí?'' entre jadeos. 

-Rubén, llevo llamando a casa como media hora-elevé la voz cabreada- 
-Oh-gimió- lo siento, yo... no lo he escuchado-jadeó- estoy... ocupado. 
-Me importa una mierda como estés-seguí con la voz elevada- ¡abre la puta puerta!
-Voy-dijo ya normal y colgó- 

Fijo que estaría haciéndose una paja. O con una chica, pero eso no era nada probable, con lo lerdo que es, ¿cómo va ha follar? 
A los dos minutos un sonoro ''pi'' abre la puerta y entro sudada. El calor de España era infernal. Subí las escaleras dando pequeños saltitos y me adentro en casa. Una rubia oxigenada con cara de chupa pollas estaba en ropa interior sentada en el sofá. La chica era bastante guapa, demasiado como para estar con Rubén. Sin decirle absolutamente nada, paso por el salón y me dirijo hacia mi habitación para guardar mi nueva ropa. Me adentro en esta y tiro las bolsas de mala manera sobre la cama. Saco la ropa y la ordeno en el armario. Dejo uno de los pijamas fuera, concretamente, el de la calavera amarilla. Salí al salón con el móvil en la mano, tranquila, y me senté en el sofá de al lado, mirando de reojo a la rubia. 

-¿Y Rubén?-preguntó con una voz cantarina-
-No sé-dije mientras me encogía de hombros y miraba fijamente a mi móvil- 
-Ah-suspiró- 

Sentí unos pasos acercarse tímidos y descalzos. 

-Oh-susurró la voz de mi hermanastro a mis espaldas- hola, ____(tn)
-Hola-dije sin más- 
-¿Ya os conocéis?-preguntó sentándose al lado de la rubia- 
-No-dije borde, sin levantar la mirada de mi móvil- 

lunes, 9 de junio de 2014

Capítulo 4: Lost in the streets of Madrid.







Abrí mis ojos con pesadez y me destapé desganada. Pequeños rayos de sol se colaban entre los agujeritos de la persiana. Bostecé y estiré mis entumecidos músculos. Miré el reloj de mi muñeca. Las diez menos diez. Era pronto. Miré durante unos segundos hacia el techo. Silencio. Dulce, adorado y aclamado silencio. Hacia años que despertaba y la casa estaba en silencio. Cuando de repente un taladro empieza a sonar en la pared de al lado. Penetrando el infernal sonido en mis preciados tímpanos. ¡Su puta madre!, demasiado perfecto empezaba ha ser ya. Me levanté de la cama con un pesado suspiro. Abrí mi armario y lo miré casi sin pestañear durante unos instantes. Rebusqué entre las prendas de ropa, sin saber lo que mi cuerpo vestiría hoy. Me decidí por un cómodo conjunto.







Arrastrando los pies y con una pereza infinita, mi dirigí hacia el baño. El taladro seguía agujereando la pared, y mi cerebro. Respiré profundo un par de veces, sabía que mi paciencia se agotaría en breves y entraría allí y le metería el jodido taladro por el culo. ¡Y encendido! De nuevo, respiré profundo y me adentré en el baño mordiéndome la lengua resignada. Encendí el agua caliente mientras me desprendía de mi caluroso pijama, mi frente y cabello estaban empapados por el sudor, y el pijama húmedo por diferentes partes. Hoy tenía que ir a buscar trabajo y comprar ropa. Ya desnuda, me metí en la ducha y con los ojos cerrados, me sumí en mi mundo. No pensaba, tenía la mente en blanco mientras la caliente agua se deslizaba por mi desnudo cuerpo. Cuando de repente, vuelvo a la Tierra por un sonido de abrir y cerrar una puerta. No le di mucha importancia, pues seguro será el imbécil de mi hermanastro en otra habitación. Di un suspiro silencioso y empecé a enjabonarme el cuerpo. Cuando de repente una mano abre la cortina de par en par. 

-¡La hostia!-gritó Rubén tapándose los ojos- 
-Tú...-quedé sin palabras, en blanco, muerta de la vergüenza- ¡eres gilipollas!-grité en un intento de esconder mi vergüenza. En un movimiento rápido, tapé mis pechos y vagina y miré desafiante a Rubén- 
-¡Lo siento, lo siento!-gritó éste cerrando la cortina a la par que tapaba sus ojos con su mano libre- 

De nuevo, el mismo sonido, el abrir y cerrar una puerta. Algo más tranquila, e intentando que los latidos de mi corazón volvieran ha su cauce, suspiré profundamente. Creo que este chico no sabe lo que es llamar a la puerta, menudo retraso mental que tiene, la leche. Si antes no quería ni mirarle a la cara, ahora, muchísimo menos, estaba deseosa de salir de esa casa, mi vida solo consta en querer escapar de los lugares en los que vivo, y ser libre, ¿tan difícil era conseguir eso? La preciada libertad que llevo deseando desde que era un espermatozoide y vivía feliz en los testículos de mi padre. Está claro que lo que merece la pena, cuesta su sacrificio, pero, ¿qué precio debía pagar por la libertad? ¿convivir con un gilipollas? ¿volver a Noruega? ¿escapar sin decir nada a nadie?, no, esa no era la solución, eso estaba claro, pues la reprimenda si me atrapaban seria mucho mayor, y eso, no me interesa. Finalmente, terminé con mi ducha, salí de esta enrollada con una toalla azul marino y me vestí tranquila sin apartar la mirada del pomo de la puerta, estaba al acecho, por si volvía a pasar lo mismo. 
Terminé de vestirme y me maquillé. 



Salí del baño para dirigirme a mi habitación y coger mi móvil. Doce Whatsapps. Lo abrí y miré detenidamente lo que Arthur me había escrito. Arthur, mi ex. La rata de cloaca que transformó mi corazón en frío hielo. 

Arthur: Hola, ____(tn), me he enterado que te has ido a España con tu hermanastro, espero que te vaya todo muy bien y seas muy feliz :), quería decirte que... te echo de menos, cariño, echo de menos todo de ti... espero poder hablar contigo... 

Espera, espera, ¿qué?, ahora, esa escoria humana, me venía diciendo que me echa de menos y llamándome cariño. Ha pasado un año, será gilipollas, el mierdas éste. Llena de rabia, cerré el Whatsapp sin tan solo mirar los demás mensajes, metí mi móvil en el bolsillo delantero de mi pantalón, cogí dinero, y salí de mi habitación lo más silenciosa que pude. 

-¡Oye!-escuché la fina voz de mi hermanastro a mis espaldas. Me giré sobre mis talones, y le miré a los ojos sin gesticular ni un poco los músculos de mi cara- ¿dónde vas? 
-Ha buscar trabajo-respondí seria y fría, como de costumbre- 
-Oh, de acuerdo-dijo rascando su nuca- si te pierdes, llámame. 
-Esa es la idea, Rubén-dije mirando su cara fijamente- perderme. 

Y sin dejar que responda, salí del piso y bajé escaleras a bajo dando pequeños saltitos. Abrí el portal y el sol y el calor chocó en mi cara. Entre cerré los ojos, la luz solar era fuerte. Y comencé a caminar. Mi aventura en Madrid, tan solo acababa de empezar. 


domingo, 11 de mayo de 2014

Capítulo 3: El inicio.








Rubén. 


Vale, Rubius, control. Tu hermanastra está que lo flipas de buena y es una borde. Todas las guapas son huecas, aun que ésta parece que no, que lo único que tiene es que es más fría que los pies de Mangel en pleno Enero. Cogí una sertén y la puse al fuego. Sí, estaba haciendo la cena, ___(tn) estaba colocando toda su ropa en el armario mientras yo preparaba unas salchichas de frankfurt, no soy un gran cocinero, pero sé freír. 
Sentí como unos pasos se acercaban a la cocina y paraban en seco. Giré la cabeza y me encontré con una sexy y despreocupada ___(tn).  Llevaba un pijama negro, con copos de nieve blancos, algo caluroso para Abril. 




-¿Tengo monos en la cara?-dijo mi hermanastra con un aire de superioridad- 
-Sí-comencé a reír-y muy feos. 

Ésta rodó los ojos, se acercó rápido a mi, y en un movimiento rápido, me pegó la colleja de mi vida. ¿Pero qué cojones? 

-¿Qué coño has hecho?-dije en blanco, aun sin creerme que me hubiera pegado- 
-No me denuncies-dijo dirigiéndose hacia la puerta- no quiero ir a la cárcel por maltrato animal. 

La leche, tenía unos humos que flipas. Y lo peor es que yo no le había hecho nada, no hay quien entienda a las mujeres. Terminé de hacer la cena y repartí las salchichas en dos platos, cogí el ketchup y un par más de salsas y las llevé al salón donde ____(tn) estaba viendo la televisión, me fijé en que estaba viendo mientras dejaba los platos sobre la mesa, Hora de Aventuras. Era una serie guay. Me senté en la mesa, enfrente de mi plato y miré fijamente a ___(tn), la cual pasaba olímpicamente de mi y miraba fija la televisión. Carraspeé la garganta y ésta me miró. 

-¿Qué?-dijo por decimocuarta vez, borde- 
-Que la cena está en la mesa-dije elevando las cejas y gesticulando las manos- 

Se levantó entre resoplidos y se sentó enfrente de mi con su plato y comenzó a comer en silencio. 

-Mañana iré a buscar trabajo-soltó de repente mientras echaba ketchup sobre las salchichas- 
-Genial-dije con una sonrisa- ¿de qué te gustaría trabajar? 
-De lo que sea-dijo sin mirarme a la cara- 
-No creo que te cojan con las pintas que llevas-dije inocente, mientras masticaba una salchicha- 
-¿Qué le pasa a mis pintas?-elevó la voz y me miró fijamente con sus ojos azules- 
-Nadie te cogerá si tu cara atrae a todos los imanes de Madrid-dije soltando una carcajada- 
-Y eso lo dice el chico que trabaja haciendo el imbécil en Youtube-dijo ____(tn) levantándose indignada y dando un fuerte golpe en la mesa- ¡será gilipollas!-gritó dirigiéndose hacia su habitación- 


____(tn). 

¿Pero de que cojones va Rubén? Dice que por mi apariencia no tendría sitio en el mundo laboral, es que no le mato porque iría a prisión. Cerré de un portazo la puerta de mi habitación y me tiré en mi cama. Cogí un cojín y lo aplasté en mi cara. Grité. Grité todo lo que pude, saqué toda mi rabia en un ahogado grito. Realmente Rubén es imbécil. Joder. Es que me cago en Dios. Saqué de mi cara el cojín y cogí mi móvil que estaba tirado sobre la mesita de noche. Y puse la música bien alta. ''Krewella - Alive''. Esa canción era de las pocas que conseguían sacar mi rabia fuera. Al llegar al minuto uno de la canción, todo estaba mejor. Pero ahora, si no aguantaba a Rubén, ahora lo odiaba. 
Debía encontrar un trabajo de doce horas para verle la cara lo justo y lo necesario. Apagué la música con la intención de dormir, pero del otro lado de la pared escuché un ''Muy buenas, criaturitas del señor, hoy os traigo un nuevo vídeo de Outlast...'' no me lo puedo creer. ¿Ahora se pondría a grabar? Es que no me cago en su madre porque es buena persona, tío. 
Giré sobre mi misma con la intención de dormir, cerré los ojos y poco a poco mi músculos se fueron relajando hasta tal punto que casi no los sentía, cuando de repente un grito del otro lado de la pared me sobresalta y hace que abra los ojos como platos. ¡Es que me cago en la virgen! Me levanté de mala gana y caminé a pasos agigantados hacia la habitación de Rubén, sin llamar me adentré en ésta y le vi sudando, con una gorra y en la pantalla ''Game over''. 

-¡Me cago en Dios!-grité- ¿no puedes grabar a las cinco de la tarde?-me acerqué indignada hacia la pantalla de su ordenador y apretando un botón, apagué la pantalla- 
-¿¡Pero qué haces!?-saltó Rubén de la silla quedando a centímetros de mi- grabo a la hora que me da la gana, que para eso es mi casa. 
-Por muy casa tuya que sea, ahora vivo yo-dije retándolo con la mirada- y grabarás a las cinco, porque yo, tendré un trabajo de los de verdad, de esos que se madruga. 

Y sin dejarle responder, salí de la habitación y entré en la mía pegando un fuerte portazo. No llevaba aquí ni un día y ya había peleas. 
Estaba claro, que la guerra, no hacia más que empezar. 

jueves, 24 de abril de 2014

Capítulo 2: Adiós Noruega, que te den.







Eran las doce de la noche, el avión salía en una hora. Mi padre y Agnes me acompañaban a el aeropuerto en coche, la noche estaba fría y calmada. Miraba inmersa en mis pensamientos por la ventanilla, ¿qué me esperaría en Madrid? estaba claro que el tonto polla de mi hermanastro, pero aparte de eso, ¿encontraría trabajo? Si no era así y en cuatro o cinco meses no había encontrado trabajo debería volver a esta mierda de lugar, con la mierda de gente y la mierda de todo. Realmente no tenía ningún sueño, ninguna meta, solo buscaba una vía de escape, esta no es como yo me la esperaba, pero algo es algo. 
Lo único que tenía claro era que no me pensaba enamorar, mi corazón estaba cerrado con candado, pin, contraseña y un orco de Mordor resguardandolo. Y nadie es capaz de superar todas esas barreras. 

-Hemos llegado-dijo mi padre cuando aparcó el coche- 

Bajé del coche medio adormilada, el frío de Noruega chocó contra mi cuerpo, tirité levemente y me sacudí para conseguir algo de calor. Mi padre abrió el maletero y llevó él la maleta más pesada mientras yo, llevaba las dos más livianas. Agnes, emocionada, llamó de nuevo a su hijo Rubén, vamos, el tonto polla. Intentando disimular, me puse a su lado y escuché lo que le decía. 

-¿Rubén?-dijo dubitativa- hijo, en cinco horas llegará ___(tn) al aeropuerto de Madrid, sí, a las seis de la mañana, ¿estarás allí? genial, hijo, adiós, te quiero. 

No me jodas que sería al primero que le vería la cara al llegar a Madrid. Joder. Que depresión, tío. Bufé. Entramos por fin al aeropuerto y nos dirigimos hacia unos banquitos cerca de la terminal que a mi me tocaba, mi padre se sentó a mi lado y me pasó su brazo por encima de mis hombros, con soberbia, posé mi cabeza sobre su pecho y suspiré. Mi padre era el único que conseguía ablandarme un poquito el corazón. Suspiré pesadamente, no lo vería en tiempo, aun que no lo quisiera reconocer, le echaría mucho de menos. 

-Pasajeros para el vuelo 309B-empezó a hablar una mujer de la nada, como si tuviera la nariz taponada- destino a Madrid, pasen por la terminal doce. 

Había llegado el momento. Con pereza, me levanté del banco y miré hacia la puerta de embarque, no había mucha gente, sólo una familia y una pareja de ancianos, genial, más avión para mi. Me di la vuelta quedando cara a cara con mi padre, éste con una maravillosa sonrisa, me rodeó con sus fuertes brazos dejándome casi sin respiración, ¡joder!, que no me voy a la guerra. No dije nada, solo rodee su cadera con mis brazos, no llegaba a tocarme las manos, pues mi padre era un hombre muy grande. Al deshacer el abrazo, Agnes me sonrió con dulzura y me dio un liviano abrazo. No era mala mujer solo, un poco plasta, demasiado. Y bueno, yo tengo asco a todo el mundo. De mi mochila de mano saqué el billete y el pasaporte, y con el último adiós me dirigí hacia la puerta de embarque, yo era la última en embarcar. Llegué a la puerta y di mi pasaporte a una azafata rubia oxigenada, con aires de superioridad y un pedazo de grano en la frente que parecía un unicornio.  

-Aquí tiene señorita-dijo la azafata entregándome mi pasaporte ya fichado- 

Sin tan siquiera mirarla, me dirigí hacia el largo pasillo, cual final era el avión. Llegué al avión y subí a éste, estaba casi vacío. Busqué mi asiento, asiento 24, lo encontré, iría sola, genial, así podría espachurrarme. Cogí mi móvil para distraerme, me coloqué los cascos y puse ''You & I - One Direction'' sí, escucho One Direction, sí, son mi banda favorita, lo son desde que tengo quince años, y no cambiará. Me han ayudado a superar mis lágrimas con sonrisas, y para mi, son muy grandes. 
Me metí de nuevo en Twitter y twittee un rato hasta que el avión despegara, aun que no sé que coño están esperando, si no va ha subir nadie más, coño. Miré mis notificaciones, y otra vez, el tonto polla. 

''@rubiu5: ¡tan solo seis horas para verte, hermanita!'' 

Madre mía, como sea así de tonto fuera de Twitter, le voy a tener más asco aún. ¿Pero que edad tiene este tío? Según Agnes veinticuatro, ¡coño!, parece que tiene catorce. Negué varias veces mentalmente y por primera vez, le respondí. 

''@darkness___: si, coño, si >:D'' 

Espero que lo lea en modo borde, porque es lo que quiero, que pesadilla. Salí de Twitter, si me respondía le mandaría a la mierda, y todavía ni le he visto. 
El avión comenzó a arrancar, sentía como cada vez iba más rápido, hasta que llegó un momento, que comenzó a levantarse. Al fin. Adiós Noruega, que te jodan. 
Me tumbé cómoda, me quedaban seis horas de viaje, seria duro. Poco a poco, mis ojos se fueron cerrando del cansancio, hasta que de un momento a otro, quedé dormida. 



-Señores pasajeros-dijo una voz lejana a mi sueño- quedan quince minutos para aterrizar en Madrid. 

Abrí los ojos de golpe, ¿qué cojones? ¿había dormido seis horas seguidas? La madre que me parió, soy una jodida marmota. Miré a los lados algo desorientada y estiré mis entumecidos músculos lo máximo que pude. Miré por la ventanilla. Dioses. Madrid de noche y desde arriba es lo más precioso que mis ojos han podido admirar. Las farolas brillaban como estrellas, hacían extrañas formas y algunas nubes tapaban el hermoso paisaje y eso lo hacia más misterioso. 




Sentí como el avión aterrizaba poco a poco. Ya en el suelo, descendía la velocidad considerablemente. Hasta que paró en seco. Los pasajeros, los pocos pasajeros, fueron bajando poco a poco. Cogí mis maletas de mano, y ya quedándome yo sola en el avión, salí emocionada. Era la primera vez que pisaba España, y Madrid, mi ciudad favorita, el corazón saltaba de alegría. Pero en mi cara no había emoción alguna, como de costumbre. Estaba saliendo por la puerta de embarque cuando a lo lejos le veo. No me jodas que ha venido hasta la puerta de embarque. Estaba de pie, apoyando en una de las grandes columnas mientras jugaba con su móvil. Llevaba una sudadera de cuatros de colores, una gorra negra y verde y unos pantalones pitillo caídos. Tiene complejo de skater ¿o qué? Sin pensármelo dos veces, me dirigí a él, total, iba a vivir con él y si me escapaba me volvía a Noruega. Estaba impregnado con los jueguecitos del móvil, este es tonto. 

-Hola-dije cuando ya estaba a su lado- 

Rubén levantó la cabeza asustado. Sus ojos verde militar se quedaron clavados en mi cara y una pequeña sonrisa se dibujó en sus finos labios. 

-¡Hola, ____(tn)!-dijo feliz, saltó a darme un abrazo pero me aparté en seco- 
-No te flipes-dije con cara de asco- tengo mi espacio. 
-Oh-dijo rascándose la nuca- lo siento. 

Sin decir palabra, me dirigí hacia la cinta donde las maletas rodaban y rodaban. Paré en busca de la mía. Observaba cada maleta, y al fin la mía apareció, la cogí rápido, pero tenía una mierda de fuerza, ¡joder! ¿cuanta ropa me había traído? y yo que tengo idea de comprarme más, joder. 

-Anda, dame eso-dijo Rubén cogiéndome la maleta. No le iba a negar que me la llevase, pues creo que esa maleta pesa más que yo- 
-Gracias-dije seca- 

Salimos del aeropuerto y Rubén metió las maletas en un coche rojo que había justo delante de la puerta de entrada. Respiré profundo. Respiré el aire contaminado de Madrid. Una fila enorme de taxis blancos con una cinta azul se tendían sobre la calle y cientas de personas pasaban a toda prisa, con maletas y mochilas, sin mirarse unos a otros. 

-¿Vamos?-dijo mi hermanastro abriendo la puerta del conductor del coche- 

Sin decir nada, abrí la puerta del copiloto, y me senté dentro. Observé el interior del vehículo, era elegante y olía a pino. Enseguida el coche se puso en marcha y aceleró por las calles de Madrid. Observaba por la ventanilla los altos edificios y las diferentes discotecas, bares y lugares de ocio que se tendían sobre éstas, ¡coño!, si hay hasta un puticlub. 
Llegamos a la famosa Plaza de España, había una gran fuente adornando el centro de la plaza, los chorros caían de lo alto y chocaban contra el suelo de ésta, era maravilloso. Rubén aparcó en el primer sitio libre que vio, se quitó el cinturón y me miró atento, ¿qué coño esperaba que hiciera? 

-¿Qué?-dije mirándole a la cara con soberbia- 
-Que bajes-dijo del mismo modo-

Rodé los ojos y bajé del vehículo. Hacia calor, bastante, contando que estamos en Abril, es lógico. Me quité mi chaqueta y observé como Rubén sacaba mis maletas de su maletero. Agarré las más livianas y esperé a que estuviera listo observando las calles y callejones que había a mi alrededor. 

-Vamos-dijo poco después de cerrar su coche con llave- 

Seguí sus pasos y llegamos a un pequeño portal, la puerta era negra y los azulejos eran blancos con extraños dibujos. Rubén dejó la maleta a un lado y rebuscó en su bolsillo trasero. Sacó un manojo de llaves juntadas con varios llaveros de Minercraft, Mario Broos y demás y me dejó pasar a mi primero. Encendí la luz del portal y observé éste por dentro, era pequeño, y tenía escaleras, unas escaleras altas y gordas, y adivinad, no tenía ascensor, rezo porque no viva en un quinto, porque pobrecito, subir mi maleta cinco pisos. Reí mentalmente. Que coño, ojalá viva en un quinto. 

-Es el primero A-dijo subiendo las primeras escales con mi maleta a cuestas. Mierda- 

Subí detrás de él. Llegamos al primer piso y abrió la puerta. El interior de la casa estaba completamente a oscuras, me adentré en ésta con Rubén a mis espaldas y éste encendió la luz del recibidor. Era un pequeño recibidor que seguía con un largo pasillo, seguí caminando y a mi derecha había una puerta. 

-Te enseñaré la casa-dijo mi hermanastro abriendo la puerta de mi derecha- esta es la cocina. 

Asentí y observé su interior, muebles blancos, suelo blanco, azulejos blancos, y platos sin fregar. Seguimos por el largo pasillo y llegamos a un gran salón con una televisión de plasma enorme, un sofá rojo con un cómodo puf a juego. Pegado a la pared, había una mesa cuadrada de cristal con cuatro sillas negras a juego, había un gran ventanal que tenía unas vistas a la oscura calle. Seguimos caminando y me enseñó el cuarto de baño, tonos marrones, una gran ducha y cosas de tío por doquier. 

-Y esta es tu habitación-dijo tomando el pomo de la puerta que estaba justo al lado del baño- la he decorado según los gustos que dice mi madre que tienes...-y abrió la puerta. La habitación estaba oscura, curiosa, me adentré y encendí la luz- 

¡Dios! Es... es preciosa. Una de las paredes es negra y las demás azul celeste, un gran póster en la pared de mis cantantes favoritos, entre ellos One Direction. Una cama de matrimonio gigante con un edredón negro con salpicones de colores, un escritorio de los mismos tonos que las paredes, unas cortinas de los mismos tonos que el edredón. En mi cara, se dibujó una pequeña, diminuta y casi invisible sonrisa. 

-Vaya-dijo mi hermanastro sorprendido- la primera vez que te veo sonreír, eso es que te a gustado ¿no?-preguntó dubitativo apoyándose en el marco de la puerta-
-Sí-dije borrando la sonrisa de mi cara- no te acostumbres a verme sonreír, pocas veces lo hago-dije borde- 
-Creo que mi hermanastra es una mal follada-dijo huyendo a toda prisa- 
-¡Ni tú te lo crees!-grité asomándome por el marco de la puerta- 

Cuando de repente escucho un ''miau'' proveniente de mis pies, curiosa, bajé la mirada y me encontré con un pequeño gatito negro, realmente adorable. Enternecida, me agaché y lo recogí con mis brazos. Éste, se revolvió cariñoso entre mis brazos y comencé ha acariciar su cabecita, escuchaba sus dulces ronroneos. 

-Te ha caído mejor Raspberry que yo-dijo apareciendo Rubén de las sombras- 
-Pues sí-dije sincera- 

martes, 22 de abril de 2014

Capítulo 1: In Madrid my happiness will be.

Era una mañana soleada en Noruega. Los pájaros cantaban, el sol brillaba... y la mujer de mi padre cantaba mientras se duchaba. Me cago en la puta. Haría que mis tímpanos sangrasen. Me levanté de la cama de mal humor, como cada mañana, cogí mi ropa y me fui a la ducha. Encendí el chorro lo más que pude para intentar tapar los gritos de cerda en pleno San Martín español. Me enjaboné el pelo y el cuerpo, rápido me lo aclaré y salí. No tardaba nada en ducharme. No entendía a las chicas que tardaban mil siglos en lavarse el coño. Jugarían con la alcachofa de la ducha. 

Me enrollé el cuerpo con una toalla y otra enrosque mi larga melena negra. Y me vestí. 


Salí al pasillo. Los cánticos al Dios Po habían cesado. Volví a entrar a mi habitación y cogí mi móvil. Entré en Twitter para cotillear un rato, seguí a un par de personas y bajé las escaleras a la par que guardaba mi móvil en el bolsillo delantero de mi pantalón. 

-Buenos días, hija-dijo mi padre con su típica voz ronca, ojeaba el periódico distraído, inmerso en las noticias de políticos corruptos que asomaban por éste- 
-Buenos días-dije seca mientras me sentaba a su lado y ojeaba el tiempo que haría en España, oh, España, el país más bonito y a la vez más oscuro del mundo- ¿me dejarás ir a España?-comencé a hablar sin rodeos mientras cogía una tostada que se extendían sobre mis ojos posadas sobre un plato de cerámica- 
-Sabes lo que hay, ___(tn)-dijo sin levantar su mirada del periódico- o te vas a vivir con Rubén, o sigues en Noruega. 
-¿No entiendes que no me cae bien?-dije alzando un poco la voz, para que me escuchase su mujer- que prefiero chuparle el nardo a el primero que pase por la calle, cojones. 
-Pues me da a mi que verás la Cibeles por los documentales de la televisión-dijo mi padre apartando el periódico para mirarme a los ojos- 

Sin decir otra palabra, me levanté de mi sitio y me dirigí hacia mi habitación. ¡Joder! Ya tenía diecinueve jodidos años, que soy mayorcita, coño, ¿sé piensa que soy palurda y no sé buscarme la vida? He aprendido español en un mes, he ahorrado para pagarme el viaje, he trabajado limpiando culos a putos niños, ¿y todo para qué? Para ver una mierda de documental, anda a tomar por culo todo. Cogí mi móvil y me metí un rato en Youtube. Desde que la mujer de mi padre me contó que su hijo hacia vídeos para Youtube seguía a un par de ellos, y obviamente, a él no, ni siquiera había visto ningún vídeo suyo. Sabía cual era su nick ElRubiusomg, pero me sudaba lo que hiciera. Curiosa, abrí el buscador de Youtube, y teclee en mi pequeño teclado de móvil ''elrubiusomg'', el primer vídeo que me apareció era de Chatroulette. Cliqué y lo miré. ¿Pero qué coño es esto? si tenía mis dudas de si era gilipollas, ya han dejado de serlas, Rubén es gilipollas. 

Escuché unos pequeños golpes en mi puerta y bufé frustrada. ¿Es qué no puedo estar tranquila ni en mi puta habitación? 

-Adelante-dije a regañadientes- 
-___(tn)-dijo la mujer de mi padre llamada Agnes asomándose por la puerta de mi habitación- he hablado con mi hijo Rubén-la mujer entró en mi habitación cerrando a sus espaldas la puerta y dio dos pasos hacia mi cama- y está de acuerdo en acogerte hasta que encuentres trabajo y piso allí. 

¿Qué cojones? Esa mujer ya daba por hecho que iba a ser con el tonto polla de su hijo ¿o qué? Es para darle un ostión. 

-Agnes-dije fría- yo te agradezco mucho esto-dije con la sonrisa más falsa que tenía bajo la manga. Ella podía convencer a mi padre- pero entiende que quiero descubrir mundo yo sola, no con mi hermanastro desconocido que me estará vigilando todo el rato. 
-Oh, no, no-dijo sentándose en la silla del escritorio. Coño, que rápido coge confianza- él dejará tu espacio, sólo viviréis juntos y puede que os hagáis amigos-dijo resoplando- además, él tiene ilusión en conocer a su hermanastra y no querrás desilusionarle, ¿verdad?-dijo poniendo su típica y asquerosa cara de cachorrito. Desilusionarle me importaba una mierda, pero si podía ir a España y él no me tocaría los ovarios, puede que no esté tan mal- 
-Está bien, Agnes-dije por fin- iré. 
-Genial-dijo levantándose de la silla y dirigiéndose hacia la puerta- ves preparando las maletas, el avión sale esta noche-y después de decir esas palabras, salió- 

¿Pero qué cojones? ¿ya tenía billetes para esta noche? Esta mujer está mal de la azotea. Me levanté y saqué de debajo de mi cama mi gran maleta negra, y la tiré abierta sobre mi cama. Abrí mi armario y miré prenda por prenda ¿qué me iba a llevar? Ropa, obvio, gilipollas. Cogí todos los pijamas que tenía, tanto de invierno, como de invierno. En Noruega hacia frío hasta en Agosto, así que al llegar a Madrid debía comprar ropa, era una de las pocas cosas que me gustaba, regalarme cosas a mi misma. Coloqué bien doblada mis sudaderas, camisetas, chaquetas, pantalones y ropa interior. En un pequeño neceser metí las cosas para mi higiene personal, champú, gel, cepillo de dientes, cepillo del pelo, compresas, tampones, condones, si, follo y follo mucho. Y otro neceser algo más pequeño para todo mi maquillaje. Lo guardé todo en la maleta, la cerré y la coloqué en el suelo junto la puerta. Para el viaje llevaría lo puesto, me voy a cambiar para pasar horas y horas metida en un avión y luego ver a un tonto polla, sí, y un cojón. De nuevo, me tiré en la cama y comencé a Twittear. 

''Me voy a Madrid, ¡si!'' 
''Esto es mejor que cuando mi perro aprendió a abrir puertas. Espera, nunca he tenido perro. Exacto, me refiero a mi ex''

Fui a notificaciones y vi una respuesta a un tuit. 

''@rubiu5: ¡tengo muchas ganas de conocerte, hermanita!'' 

¿Pero qué coño es esto? ¿pero que me está contando el tonto polla? no le respondí. Cerré Twitter y dejé mi móvil sobre la mesita de noche, ¿en serio tenía tantas ganas de conocerme a mi? Realmente, no sabe quien soy. Pobrecito, puede que sea buena persona. Anda, que le den. 

Sinopsis.

Esta es la historia de ____(tn) Rohde. Una chica noruega. 

Todo comienza cuando muere su madre tragicamente en un accidente de coche. Ella, la chica dulce y positiva que solía ser, se tornó en una chica mal hablada, oscura y rodeada de soledad, dónde mejor se sentía, con su soledad. Cambió tanto por fuera como por dentro. Se tiñó su larga melena rubia, ahora era tan negra y oscura como la noche, su cara, cubierta de cinco piercings le daban un aire siniestro; labios, dos en el labio inferior, septum y mejillas, donde antes, estaban sus preciosos hoyuelos, pero ahora, solo hay unas bolas de hierro. Ya no sonríe. Ya no siente. Su mejor compañera es la soledad. 

Su padre, un atractivo hombre noruego, conoce a una mujer, preciosa, típica historia de novela. Se casan y todos son felices. Sólo hay un problema. ____(tn) quería escapar. Quería huir lejos de su padre y de esa mujer, lejos de Noruega, de las personas que le han causado tanto daño durante estos años. Lejos. Su sueño era conocer España, ir a Madrir, cosa que su padre consentiría solo si iba a casa de Rubén, el hijo de su nueva mujer. La idea a ___(tn) le repugnaba, ¿vivir con su hermanastro? un chico que sólo vio una vez en la boda y que ni siquiera cruzaron palabra. La idea era un fastidio, pero todo daba igual. Sólo quería escapar.